Siempre me consideré un pésimo comercial hasta que convencí a un dentista de que tenía que mejorar la imagen corporativa teniendo la boca anestesiada. Así fue como en menos de una semana y con una muela de juicio menos me presenté en la clínica para hacer unas fotografías tal y como acordamos, dando así protagonismo y visibilidad a los profesionales que trabajan en ella y creando contenido para redes sociales y web.
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